A la parte de la piel que recubre las diferentes estructuras del área de cabeza y cuello por dentro, es decir, dentro de la boca y garganta, se le conoce como mucosa de vías aerodigestivas superiores (VADS); en ella se origina 85 % de los cánceres de la cabeza y el cuello, de los cuales el 90 % son un tipo de cáncer denominado carcinoma epidermoide; el restante 15 % está constituido por tumores en glándula tiroides, piel, huesos del esqueleto facial, cartílagos y partes blandas.
Se conoce como cáncer de cabeza y cuello al grupo de tumores malignos que aparecen en la cabeza y en la región del cuello. Entre las locaciones más frecuentes en las que pueden localizarse se encuentran los senos paranasales, la nasofaringe, la orofaringe (amígdala, paladar blando, base de lengua), la hipofaringe, la laringe, la cavidad oral (mucosa oral, encía, paladar duro, lengua y suelo de boca), la lengua y las glándulas salivales.
En México el cáncer de cabeza y el cuello representan el 17.6% de la totalidad (108,064) de las neoplasias malignas reportadas al Registro Histopatológico de las Neoplasias en México (RHNM) en el año 2002. Desafortunadamente este registro dejo de funcionar a partir de 2008, de tal manera que hoy no se cuenta con cifras precisas en cuanto a la incidencia de éste cáncer. Según estimaciones de GLOBOCAN en 2012 hubo 5922 casos de cáncer de cabeza y cuello y para 2015 proyectaban que habría 6432 nuevos casos de este tipo de cáncer.
Los síntomas dependen de la ubicación del cáncer en la cabeza o el cuello. Los síntomas comunes incluyen:
Ante la sospecha de cáncer de cabeza y cuello debido a los síntomas antes mencionados, el médico puede complementar el diagnóstico a través de:
La observación directa y palpación de las lesiones sospechosas, cuando las lesiones no se puedan observar directamente se utilizará un instrumento que es un tubo flexible con una lámpara y cámara al frente, llamado endoscopio, con él se logran observar orofaringe, faringe y en ocasiones laringe.
Detectadas éstas lesiones por el médico podría solicitar estudios de imagen como la TAC (Tomografía Axial Computarizada) Resonancia magnética o bien PET (Tomografía Emisión Positrones). Con ellas se determinará la forma y el tamaño de las lesiones con cáncer.
El diagnóstico de cáncer de cabeza y cuello solo puede establecerse mediante endoscopia, es un estudio donde los médicos cortan una pequeña parte de la lesión y la manda a un estudio microscópico con el patólogo, éste último determina, sí es cáncer y qué tipo de cáncer es.
El tipo de tratamiento(s) que su medicó recomendará dependerá de la etapa en que se encuentre el cáncer, así como de su estado de salud general.
Los tres principales tipos de tratamiento para manejar el cáncer de cabeza y cuello son: la radioterapia, la cirugía y la quimioterapia. Los tratamientos primarios son radioterapia, cirugía, o una combinación de ambas; la quimioterapia se usa a menudo como tratamiento adicional o coadyuvante.