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Mieloma

múltiple

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¿Qué es Mieloma Múltiple?

El mieloma múltiple es un cáncer de células plasmáticas. Las células plasmáticas normales se encuentran en la médula ósea y son un componente importante del sistema inmunitario. El sistema inmunitario se compone de varios tipos de células que funcionan juntas para combatir las infecciones y otras enfermedades. Los linfocitos (células linfáticas) son uno de los tipos principales de glóbulos blancos del sistema inmunitario e incluyen a las células T y células B. Los linfocitos están en muchas áreas del cuerpo, tal como en los ganglios linfáticos, la médula ósea, los intestinos y el torrente sanguíneo.

El Mieloma Múltiple se forma a partir de la creación anormal de células plasmáticas en el sistema inmunitario. Estas células producen la denominada proteína M, que se aloja en la médula ósea y puede ocasionar que la sangre se vuelva más espesa o que dañe la función del riñón. Las células plasmáticas anormales también forman tumores en hueso y tejido blando, cuando se forma más de un tumor en estas zonas, se denomina mieloma múltiple.

Mieloma Múltiple

Factores de riesgo del Mieloma Múltiple

Actualmente no existe evidencia científica que determine factores de riesgo específicos, sin embargo, los factores que pueden aumentar el riesgo de padecer mieloma múltiple son:

Mieloma Múltiple

Algunos factores de riesgo son:

  • Edad avanzada. El riesgo de padecer mieloma múltiple aumenta con la edad; la mayoría de las personas recibe un diagnóstico de mieloma múltiple a los 65 años.
  • Sexo masculino. Los hombres son más propensos a tener esta enfermedad que las mujeres.
  • Raza afroamericana. Los afroamericanos tienen aproximadamente el doble de probabilidades de padecer mieloma múltiple en comparación con las personas de raza blanca.
  • Antecedentes familiares de mieloma múltiple. Si uno de tus padres o hermanos tiene mieloma múltiple, corres un mayor riesgo de padecer la enfermedad.
  • Antecedentes personales de gammapatía monoclonal de significado incierto. Todos los años, el 1 por ciento de las personas que padecen gammapatía monoclonal de significado incierto en los Estados Unidos presenta mieloma múltiple.

Mieloma Múltiple

Signos y síntomas del Mieloma Múltiple

El mieloma múltiple en ocasiones puede ser silencioso por mucho tiempo y no presentar signos o síntomas, hasta que la persona se encuentra en una etapa avanzada del padecimiento. En este caso se presenta debilitamiento y dolor de huesos, exceso de calcio en sangre, daño en riñones u otros órganos, infecciones frecuentes, anemia y debilidad.

Diagnóstico y Pruebas de Detección

¿Cómo detectar a tiempo el Mieloma Múltiple?

Aunque no existen pruebas de detección específicas, las pruebas y los procedimientos utilizados para diagnosticar el mieloma múltiple comprenden:

Además, los análisis de sangre para examinar la función renal, el recuento de células sanguíneas y los niveles de calcio y de ácido úrico le dan al médico indicios para definir tu diagnóstico.

En el laboratorio, la muestra se examina en busca de células del mieloma. Las pruebas especializadas, como la hibridación fluorescente in situ, permiten analizar las células del mieloma para comprender las anomalías genéticas. También se realizan pruebas para medir la velocidad con la que se dividen las células del mieloma.

Mieloma Múltiple

Tipos de tratamiento

Los tratamientos más comunes consisten en:

Mieloma Múltiple

Radioterapia:

El mieloma es sensible a la radioterapia, y la reosificación de los defectos del tumor pueden ocurrir dentro de varios meses. La radioterapia se recomienda para el dolor rebelde del hueso, especialmente si el dolor es localizado. Puede ser dramáticamente eficaz en el alivio de los síntomas.

Quimioterapia:

Está indicada cuando hay diseminación; la supervivencia a los 5 años permanece por debajo del 30 %.

Fijación quirúrgica:

Enclavado IM femoral profiláctico. El objetivo del tratamiento es aliviar los síntomas, ya que la quimioterapia e incluso el trasplante rara vez llevan a una cura permanente. La remisión completa es poco frecuente.

Las personas con casos leves de la enfermedad, o en quienes el diagnóstico es dudoso, no requieren otro tratamiento que la observación. Algunas personas presentan una forma de la enfermedad de desarrollo lento que toma años antes de causar síntomas y el tratamiento se inicia cuando la enfermedad avanza o causa síntomas.

La quimioterapia y la radioterapia localizada para aliviar los dolores óseos o tratar un tumor de hueso pueden ser de utilidad. Algunas veces, se usa el trasplante de médula ósea en pacientes jóvenes, pero los resultados a largo plazo de este tratamiento se desconocen. Se deben tratar los síntomas de calcio sérico elevado y evitar la deshidratación para optimizar la función renal.

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