Se inicia con la formación de células malignas o cancerosas en la glándula tiroides, que se encuentra ubicada en la base de la garganta, cerca de la tráquea. La tiroides usa el yodo que se encuentra en alimentos y sal para producir hormonas tiroideas, mismas que controlan la frecuencia cardiaca, temperatura corporal, metabolismo y cantidad de calcio en sangre.
Existen 4 tipos de cáncer de tiroides: papilar, folicular, medular y anaplásico.
Demasiada hormona tiroidea (una afección llamada hipertiroidismo) puede causar que una persona tenga palpitaciones aceleradas o irregulares, dificultad para dormir, intranquilidad, hambre, pérdida de peso y una sensación de calor. Por otra parte, muy poca hormona (hipotiroidismo) causa que una persona sea más lenta, se sienta cansada y gane peso. La cantidad de hormona tiroidea segregada por la tiroides es regulada por la glándula pituitaria, en la base del cerebro, la cual produce una sustancia llamada hormona estimulante de tiroides (TSH, por sus siglas en inglés).
A las masas o protuberancias en la glándula tiroides se les llama nódulos tiroideos. La mayoría de los nódulos tiroideos son benignos, pero alrededor de uno de 20 es canceroso. Algunas veces estos nódulos producen demasiada hormona tiroidea, lo que causa hipertiroidismo.
Cada tipo de célula genera diferentes tipos de cáncer de tiroides, las diferencias son importantes porque afectan cuán grave es el cáncer y el tipo de tratamiento que se necesita.
Entre los más comunes se encuentran: edad (entre 25 y 65 años), ser mujer, haber tenido exposición a radiación en cabeza y cuello en la etapa infantil, tener historial de bocio (agrandamiento de tiroides), antecedentes familiares con enfermedades de tiroides o alguna afección genética. Es importante la revisión médica ya que no son indicadores certeros del padecimiento.
Puede que no se logre identificar de manera temprana, por ello es importante que, si se identifica una masa o nódulo en el cuello, ronquera, dificultad para tragar y respirar, acuda con el médico.
Las más comunes son el estudio físico, laringoscopia, estudio de sangre para identificar variación en hormonas y cantidad de sustancias en el cuerpo como el calcio, ecografía, rayos X, biopsia por aspiración y quirúrgica. El médico determinará la más adecuada y necesaria.
Información proporcionada por AMECAT. Asociación de Pacientes de Cáncer de Tiroides en México, la cual trabaja haciendo énfasis en la importancia de la detección temprana el diagnóstico oportuno, así como el correcto seguimiento y control de la enfermedad con los mejores profesionales de la salud.
El tratamiento del cáncer de tiroides depende del tipo y el estadio del cáncer, tu salud general y tus preferencias.
La mayoría de los cánceres de tiroides se pueden curar con tratamiento, y alguno de ellos son: